El Dueño del Monte, también conocido como el Viejo
del Monte, es un gigantesco fantasma, muy corpulento, con el cuerpo cubierto
completamente de pelo largo, que recorre los bosques y las montañas lanzando
grandes alaridos que estremecen a los viajeros.
Este personaje es el alma en pena de un cazador a
quien nada ni nadie detenía en su pasión desmedida de cavernario criminal,
matando cuanto animal encontraba en la montaña por el simple placer de matar.
Cuando murió, Dios no podía perdonarle, pero a ruego de San Francisco de
Asís, le dio una nueva oportunidad enviándole de nuevo al mundo como un
espíritu que defiende a los animales de los excesos desmedidos de los hombres.
Tiene el poder de transformar a los animales, por ejemplo, cuando un cazador
está a punto de matar a un venerable venado que defiende a sus cervatillos, el
Dueño del Monte lo convierte en un tigre que hace temblar y huir al cobarde.
En la región de la sabana guanacasteca y el
pacífico costarricense, el Viejo del monte aparece por los potreros en la
figura de un sabanero montado a caballo, de barbas largas y enmarañadas,
cabello largo hasta el hombro, agitando una larga soga al aire, espantando al
ganado con gritos de «¡Hey... arre... hey! ¡Arree... ee... ganado!».
Sobre el origen del fantasma, en la región de Guanacaste se
asocia al Viejo del Monte con la leyenda del Sisimico, mientras que en el Valle
Central se habla de que el fantasma tendría un origen común con el mito bribri que
da lugar a la leyenda de la Tulevieja.
Parece
ResponderEliminarPIE GRANDE